lunes, 30 de mayo de 2011

Mi confrontación con la docencia.

Mi confrontación con la docencia.
En el transcurso de cuatro semanas (módulo uno) en la que hemos estado analizando la aventura de ser docente, me lleva a reflexionar sobre  el ser y hacer docente.
            Como ya lo mencioné en el escrito anterior yo estudié la Lic. En Pedagogía y concluí una Maestría en Ciencias de la Educación, por lo que puedo decir que mi formación ha sido la necesaria para poder ser docente, y que además me gusta lo que hago, es por eso que me permito hacer este análisis de mi ser y quehacer como docente, iniciando con la siguiente aportación del autor José M. Steve que menciona:
            “La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.” (2003)
            Comparto esta idea del autor, a veces cuando iniciamos la aventura de ser docentes, para algunos pueden ser los momentos más estresantes de su vida, el no sentir gusto por lo que hacen, el lamentarse que ser maestro es lo último que querían ser, sin embargo conmigo pasa lo contrario para mi estar en clase con  mis alumnos es una aventura fantástica, el poder compartir mi tiempo con ellos, quienes cada día te enseñan algo diferente y que además te exigen  vencer retos. Cuando yo inicié mi labor como docente y que además tuve la oportunidad de experimentar los diferentes niveles como preescolar, primaria secundaria y bachillerato, puedo mencionar que en cada nivel es un aprendizaje diferente que me permite ir creando mi propio andamio cognitivo, y así poder exigirme cada día más.  Durante mi trayectoria he escuchado compañeros que mencionan “yo no quería ser maestro pero pues no hay trabajo, ni modos” y solo le brindan a los jóvenes teorías, no se esfuerzan por conocer más acerca de  estrategias de enseñanza ni mucho menos les preocupa si el joven aprendió y  eso me lleva a no ser igual, a interesarme en aprender y  en estos momentos en los que puedo cursar la especialidad me doy cuenta que nuestro conocimiento está en proceso de construcción que no es algo acabado que me hace falta aprender más para ser mejor.
De acuerdo con  el autor que afirma “que se aprende a ser profesor por ensayo y por error”, estoy totalmente de acuerdo porque aunque yo tenga una formación como docente que es mi perfil, no quiere decir que me haya ido muy bien al inicio de mis clases pues te enfrentas a lo que en la Universidad no había experimentado, el ya estar frente a un grupo al que le tienes que impartir un conocimiento y entonces es el momento de aplicar la teoría, sin embargo los grupos te  llevan a  hacer tomas de decisiones que en la universidad no nos enseñan, y entonces nos vamos haciendo docentes “buenos o malos” dependiendo de lo que pretendemos como maestros. Esto lo relaciono con los comentarios hechos por algunos compañeros en el foro en donde aportan comentarios en donde coincido al decir que el maestro también se va haciendo durante su trayectoria; el docente nace y se hace a través de la experiencia. Si bien es cierto vamos armando nuestro andamio cognitivo a través del ensayo y error, y lo vemos reflejados cada termino de semestre en donde confrontamos nuestra labor docente, al momento que nuestros jóvenes egresan y pueden ingresar a un nivel profesional, ahí podemos notar si nuestro trabajo fue favorable o en algo fallamos y entonces modificar nuestras estrategias.
Mi labor como profesora en la asignatura que imparto que es Lectura Expresión Oral y Escrita me exige nuevos retos cada día, pues en la actualidad los jóvenes cuando ingresan al bachillerato presentan en su mayoría deficiencias en lectura y en su forma de expresión oral y me doy cuenta de la gran importancia que tiene el que yo como docente sea una buena comunicadora como lo indica José M. Steve en su ponencia presentada en las XXXI Jornadas de Centros Educativos, que  a la letra dice :Un profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los alumnos, que necesita dominar las técnicas básicas de la comunicación”. Y quizás esta situación es uno de los malestares docentes que puedo tener el que a veces me doy cuenta que en el nivel de secundaria se permite que haya mucha apatía por la habilidad lectora y las consecuencias son en el nivel medio superior, porque mi asignatura tiene como objetivo lograr que los estudiantes lleguen a una comunicación eficaz y como si  a algunos de mis alumnos no les gusta la lectura, entonces esto se vuelve un gran reto para mí, porque por medio del uso de  medios de comunicación (audiovisiales) puedo lograr que de un número de 10 alumnos que no les gusta leer 5 de ellos muestren interés.
  Además que durante el desarrollo de las clases no solo se trabaja teoría, en algunas ocasiones he llegado a considerar que algunos factores que favorecen esta apatía se debe problemas familiares, baja autoestima en los jóvenes, los problemas económicos; y como docente debo ayudar a que a pesar de estas situaciones mis alumnos puedan salir adelante, sin embargo considero que como profesora en ocasiones me hace falta ser una maestra de humanidad por que algunas ocasiones olvido la parte afectiva hacia ellos y quizás no les brindo la confianza que ellos necesitan. Con todas las actividades que he estado realizando en esta primera unidad del Modulo I de la especialidad me ha llevado a esta confrontación con mi que hacer docente, y me doy cuenta que es necesario hacer un alto en algunas actitudes que quizás no favorecen mi labor y que entonces debo mejorar para poder ser un maestro de humanidad.

La aventura de ser docente es para mí la mejor experiencia que me ha tocado vivir y que si volviera a elegir mi profesión elegiría la misma, y sé que cada día tengo la oportunidad de mejorar mi labor, es una profesión de retos y que nosotros decidimos de hacer la mejor aventura o pasar los peores momentos, estamos en el proceso de mejora continua y esta especialidad en Competencias Docentes será de gran utilidad.

2 comentarios:

  1. Hola Katy
    Sin lugar a dudas en nuestra profesión se necesita vocación ya que de ello depende nuestro compromiso para formar a nuestros alumnos y mejorar nuestra práctica docente. Y como bien mencionas es una grata experiencia ya que nos brinda múltiples satisfacciones como lo es el compartir tus conocimiento con los jóvenes y ser partícipes de su proceso de formación profesional.
    Saludos.

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  2. Siempre he pensado que el autoestima es un factor que influye determinantemente en el ser, y cuando hablamos de jóvenes se duplica su importancia, nosotros los docentes hacemos lo que podemos y más pero definitivamente quienes tienen el peso mayor son las familias.
    Saludos

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